Son muchas las cosas que hacen de Lima una ciudad particular, pero creo yo que uno de los elementos que más sobresalen es el transporte público; en especial, las combis. La verdad es que si nunca te has subido a una, no tienes derecho a decir que eres limeño.
La primera vez que tuve que transportarme en un micro fue para ir a trabajar. Obviamente tuve que consultar con 10 personas qué decir, qué hacer, dónde bajar, pero logré llegar sana y salva a mi destino. Me sorprendió que con tan solo 1 sol 20 me llevaran desde Surco, hasta cruce de Javier Prado con “Pershi”. (Ahora cada vez que me subo a un taxi siento que me roban la plata.)
Ventajas de viajar en micro:
- Hay de micros de todos los estilos: Por supuesto que tu ruta te reduce las opciones, pero encontraras desde buses gigantes, a combis de 2x3. Micros súper parados y limpios, hasta las combis sin ventana y la puerta sostenida con una cuerda. Micros con dedicatoria a la amada pegada en la ventana, y combis psicodélicas (han visto las que llevan luces azules? Bravazas.)
- Música: aparte de la dulce-para-los-odios música chicha que pasan en las combis (estaciones de radio que uno ni imaginaba que existían), muchas veces te puedes encontrar un música en vivo! Desde niñitos que entran a cantar a todo pulmón, hasta señores que se suben con micrófono, amplificador y guitarrista acompañante.
- Rápida comunicación: No es necesario hablar mucho para hacerse entender. Con un simple “a Salaverry” o “esquina baja” te defiendes. Es más, hasta los cobradores guardan su voz para gritar por la ventana y les cobran a los pasajeros haciendo soniditos con las monedas. Todo es una convención, todos se entienden.
- Servicio de delivery de comidas: ¿Nunca les ha pasado que están en el micro y se sube un vendedor de pie de manzana? “Pie de manzana, está muy rico”. La verdad es que yo nunca lo he probado (me da miedo), pero fuentes cercanas aseguran que efectivamente está muy bueno. Por supuesto que nunca hacen falta los vendedores de gaseosas, caramelos y los heladeros en épocas de calor. Todo al alcance de su asiento.
- Siempre, pero SIEMPRE al fondo hay sitio: cabe recalcar que ‘sitio’ no necesariamente significa ‘asiento’, pero esto es ventajoso cuando uno está con la hora y no le queda otra que subirse a un micro con 30 personas. Por suerte ni el cobrador ni el chofer le negará la entrada.
Así que para todos ustedes bacansitos que nunca han viajado en combi, se los dejo de tarea. Es bien chévere ah, en verdad.
porque no pones sobre las icomodaciones de los medios de transportes
ResponderEliminar