Esto de no tener tiempo para regresar a comer a la casa es feo, causa. Los exámenes, trabajos, el estadio, las juegas, el vodka, la música, el sueño ufff, en fin! Todas cosas indispensables que no puede detener un almuerzo. Pero más feo que no tener el tiempo, es no tener el dinero ni las ganas. Todos estos "fast food" me tienen cojudo, los mismos panes humedos y hamburguesas grasosas que no sería capaz de comer 3 días seguidos hacen que desheche esta opción sin pensalo dos veces. Y la plata, bateria, la plata; no me puedo dar el lujo de gastarme 7 lucas en un menú habiendo tantas fotocopias que sacar, ni hablar, barrio.
Entonces, se enciende el foquito papa! Un buen cevichón al paso, mercado de Jesús María: lugar por excelencia del buen sevillano con harta cancha o la leche de tigre más poderosa de Lima. Lejos están los tiempos de escolar cuando me contentaba con un ceviche de pota de a 2 mangos, eso ya paso, bateria. Desenvolsamos las 4 lucas y tenemos un buen tazón de leche de tigre con abundancia de pescado y rebosante de calamar. ¿Puede ser algo mejor?
¿Asiento? no hay
¿Comodidad? tampoco
¿Servilleta? menos
¿Amabilidad y buen trato? de sobra
¿Ganas de regresar? todos los días!
Entonces, pase usted. Si tienes hambre, poca plata, paladar exquisito y está por esta parte de Lima, date una vuelta, no te vas a arrepentir, varón.
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